Una abuela, tres nietos y una hija fracturada… sobreviviendo donde el mundo no mira.

En lo alto de una comunidad olvidada por todos, vive Dominga. Una abuelita que, a pesar de tener los brazos cansados por la vida, todavía sostiene a toda una familia.
Abuelita Andrea: La historia real de una vida olvidada en la sierra peruana.

En lo más alto de la sierra peruana, donde la carretera termina y los caminos polvorientos se pierden entre montañas, vive la abuelita Andrea. Una mujer mayor, frágil, de manos arrugadas y mirada cansada.
Unidos por la Esperanza: Transformando Vidas de Abuelitos en Abandono.

En el mundo existen rincones olvidados, donde las personas mayores, en su mayoría abuelitos y abuelitas, enfrentan el abandono y la soledad.
UNA BOLSA DE ALIMENTOS, UN FUTURO MÁS DIGNO.

Ceferina se levanta antes del amanecer. Su pequeña casa, hecha de adobe y madera, apenas resiste el frío de los Andes peruanos.
La soledad de la tercera edad: la historia de una mujer de 82 años que nos enseñó el valor de ayudar.

En lo más alto de los Andes, en un pequeño rincón apartado de la modernidad, vive una mujer de 82 años.
Matilde, 70 años y olvidada: El rostro del abandono en la sierra.

Huasahuasi, un paisaje hermoso, pero también testigo del olvido y la indiferencia.
¿Cómo puede sobrevivir con solo 5 tarros de leche al año? La dura historia de la abuelita Juanita.

En lo alto de la sierra peruana, donde los caminos se pierden entre cerros, vive la abuelita Juanita.
Historias que tocan el alma: el abandono de nuestros mayores.

En las montañas, lejos del ruido de la ciudad, existe una realidad que duele. Ancianos que lo dieron todo por sus comunidades hoy viven en condiciones inhumanas, olvidados por sus familias y por la sociedad.
Justina: Un mes de trabajo para solo $5. Su historia no puede quedar en el olvido.

En lo alto de la sierra, donde el frío cala hasta los huesos y la ayuda nunca llega, vive Justina, una abuelita que sobrevive gracias a su talento en el tejido.
El abandono de los adultos mayores: una realidad que no podemos ignorar.

La vejez debería ser una etapa de descanso, de compañía y de gratitud por todo lo vivido, pero para muchos, es un camino solitario y lleno de carencias.