Ceferina se levanta antes del amanecer. Su pequeña casa, hecha de adobe y madera, apenas resiste el frío de los Andes peruanos. Sus hijos aún duermen, pero ella ya está en camino: tiene que recorrer horas a pie para buscar alimento. A veces, regresa con poco; otras, con nada.
Pero hoy es diferente. Hoy, en sus manos, sostiene algo más que una bolsa de alimentos. Sostiene esperanza.
EL HAMBRE QUE NADIE VE
En los lugares más remotos, el hambre es invisible para el mundo. No hay cámaras ni titulares que hablen de ello, pero para miles de familias, es una lucha diaria.
Niños que van a la escuela con el estómago vacío.
Ancianos que sobreviven con lo poco que pueden conseguir.
Madres que sacrifican su propia comida para alimentar a sus hijos.
Esta no es una historia de ficción. Es la realidad de muchas comunidades rurales en Perú.

UNA PEQUEÑA ACCIÓN, UN GRAN IMPACTO
Mientras lees esto, alguien se pregunta si hoy podrá comer. Pero la buena noticia es que tú puedes hacer la diferencia.
Con cada donación, garantizamos alimentos para familias vulnerables.
Con tu ayuda, evitamos que el hambre apague sueños.
Juntos, podemos transformar esta realidad.
EL MOMENTO DE ACTUAR ES AHORA
No esperemos a que otro lo haga. El cambio comienza contigo.
Dona hoy. Con solo unos clics, puedes llenar un plato vacío.
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Porque la comida no debería ser un lujo. Porque la dignidad comienza con un plato lleno.
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