En lo más alto de la sierra peruana, donde la carretera termina y los caminos polvorientos se pierden entre montañas, vive la abuelita Andrea. Una mujer mayor, frágil, de manos arrugadas y mirada cansada. Ella vive sola. No recuerda su edad, pero lo que sí recuerda es el frío de las noches, el hambre de los días y la soledad de los años.
La abuelita Andrea es el rostro de una realidad dolorosa que vive en silencio en muchas comunidades alejadas de nuestro Perú. Personas de la tercera edad abandonadas, sin familia, sin ayuda, sobreviviendo con lo poco que tienen y esperando que alguien, algún día, se acuerde de ellas.

SOY AGUILAR ha llegado hasta su humilde vivienda para conocer su historia y tenderle la mano. Queremos llevarle alimentos, ropa de abrigo, medicinas y, sobre todo, un abrazo que le devuelva la esperanza.
No podemos permitir que Andrea siga viviendo en estas condiciones. No podemos permitir que más abuelitos y abuelitas vivan y mueran en el olvido.
Por eso, te invitamos a ser parte de esta misión. Porque un pequeño aporte tuyo puede significar un gran cambio en su vida. Porque cada alimento entregado es un acto de amor. Porque cada visita es una caricia al alma.
Únete a nosotros en esta lucha contra el abandono y el hambre. La historia de la abuelita Andrea no puede terminar en silencio. Merece ser abrazada por todos nosotros.