Ricardo López tiene 85 años y vive completamente solo. Como muchos otros adultos mayores, enfrenta el abandono y la soledad, sobreviviendo con lo poco que encuentra. Su historia refleja una dura realidad: cientos de abuelitos en nuestro país necesitan ayuda urgente. Hoy logramos llegar hasta él con alimentos no perecibles y un momento de consuelo, pero todavía hay muchos esperando por una mano amiga. Nuestra misión es transformar estas historias de dolor en relatos de esperanza y alegría. Gracias a las contribuciones de personas como tú, podemos seguir llevando apoyo a quienes más lo necesitan. Únete a nuestra causa y juntos hagamos la diferencia.