La abuelita Erasma Taype enfrenta una vida en soledad y abandono, una realidad que nos conmueve profundamente. Ayer, después de un esfuerzo conjunto, pudimos llevarle alimentos no perecibles y pañales para que pueda estar mejor.

Su sonrisa al recibir nuestra ayuda nos recordó que cada pequeño gesto de solidaridad tiene un impacto profundo. Sin embargo, su situación sigue siendo crítica, y aún queda mucho por hacer para garantizar que personas como ella puedan vivir con dignidad.

Queremos invitarte a formar parte de este movimiento de esperanza. Tu apoyo puede ser la diferencia entre el abandono y una vida llena de amor y cuidado. Con cada aporte, estamos más cerca de transformar vidas como la de la abuelita Erasma.

Juntos, podemos construir un mundo más justo y humano. Cada granito de arena cuenta.